jueves, 18 de abril de 2013

Cuando el miedo está por las nubes



La transformación que ha habido en los últimos años en los medios de transporte, en general, ha sido, y es, vertiginosa. No sólo se han realizado cambios con el fin de conseguir medios más efectivos y menos nocivos con el medio ambiente, sino también con el objetivo de ofrecer un mejor y más cómodo servicio a los usuarios que los utilizan. Casi todos los medios de transporte han estado al alcance de la mayoría de los ciudadanos, a excepción del avión que, si me permitís el apunte, no hace tanto sólo se lo podían permitir los bolsillos más solventes. Viajar por los aires era un lujo al que solo unos cuantos podían acceder. Pero la aparición de las populares compañías “low cost”, y el gran impacto que han tenido en el sector aeronáutico, han hecho posible que personas sin un alto standing puedan viajar entre las principales ciudades de su entorno.


Pero este artículo, lejos de ser un análisis del mercado de la aviación y de las consecuencias que ha tenido en él el impulso de las citadas compañías, pretende ser un enfoque de un problema que, por lo que he leído aquí y allí, es más común de lo que parece: el miedo a volar. Sí, el avión es el medio de transporte más seguro del mundo si tenemos en cuenta el baremo de todos los vuelos que se realizan diariamente en todo el mundo con el índice de accidentes que se producen, que son mínimos. Claro que cuando ocurre uno la siniestralidad es, casi, del 100%. Sin embargo, a pesar de todos esos datos positivos que permiten añadir al transporte aéreo, en mayúsculas y subrayado, el calificativo “seguro” no es suficiente para quienes sienten miedo a volar.
Comencemos diciendo que el temor a volar es, en sí mismo, una fobia. Ahora imaginemos que esta fobia tiene una escala del 0 al 10, siendo 0 para una fobia leve, y el 10 para el caso extremo. En el nivel más bajo estarían aquellas personas que, aún sintiendo miedo a los “pájaros de hierro” son capaces de realizar viajes en ellos; en un nivel intermedio estarían aquellos que son capaces de montar en un avión, pero lo hacen a trancas y barrancas y con ayuda de relajantes y pastillas que les ayuden a dormir durante el vuelo. En el caso más extremo estarían las personas que son incapaces de poner siquiera un pie en un avión, que pueden llegar a sufrir ataques de pánico o de ansiedad y que buscan una alternativa al medio aéreo, aunque ello suponga que el trayecto se alargue unas cuantas horas más.

Son muchas las personas que piensan que es un miedo inventado y, a veces, exagerado. Pero quienes piensan así no se hacen una idea de lo mal que lo puede pasar quien lo sufre… entre otras cosas porque no deja de ser una fobia que como bien define la RAE en su segunda acepción es un “temor irracional compulsivo”. Es decir, en muchos casos la persona que siente el miedo a volar es consciente de que no tiene sentido sentir miedo por hacer un viaje en avión, y aún así le es inevitable sentirlo. Es más, incluso me atrevería a decir que las personas que padecen esta fobia son más de las que pensamos, ya que en muchos casos es probable que este temor no se reconozca abiertamente por vergüenza o por el popular y dañino "qué dirán". Es más, hasta el popular escritor Gabriel García Márquez tiene un texto dedicado a este miedo. 



Los expertos en esta materia suelen coincidir al decir que quienes sufren este mal son personas normales y corrientes, que comienzan a sentir ansiedad desde el momento que saben que van a tener que coger un avión (incluso la acción de comprar el billete puede generar estrés) y que están pendientes de todo tipo de detalle desde el instante en el que ponen un pie en el aeropuerto: la espera, el montar en el avión, asientos, sonidos, etc. Por ello, y desde hace unos años, desde la propia AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) e incluso desde algunas compañías aéreas, como Iberiase ofrecen unos cursos dirigidos a aquellas personas que sienten miedo a volar, con el fin de disminuir esta fobia. También hay empresas (como Vuela sin Miedo, por ejemplo) y departamentos psicológicos especializados en esta materia que ofrecen todo tipo de terapias con el fin de que disminuya este pavor y, en el mejor de los casos, que llegue a desaparecer.

En estos cursos se explica el funcionamiento de un avión (por ejemplo, ¿cómo consigue moverse por el aire un cacharro de hierro que pesa toneladas?), las turbulencias (tan corrientes y tan temidas); se resuelven todo tipo de dudas e incluso se utiliza un simulador de vuelo con el que se somete a la persona a las situaciones que podrían darse en un vuelo: tranquilo, con tormenta, aire, turbulencias, etc. De esta manera pueden sentir de una forma “segura” lo que sentirían en un avión, con el añadido de que tendrían en su mano la respuesta de porqué el avión responde de una u otra forma.

Gracias a este tipo de cursos ha habido personas que han logrado subirse a un avión y realizar un vuelo de una forma tranquila; e incluso hay quienes han logrado volar por primera vez en su vida, sin sentir pánico ni ansiedad. Los expertos y psicólogos especializados en este ámbito también recomiendan, a quienes padecen esta fobia, que durante el vuelo se realicen actividades que mantengan la mente ocupada: leer, hacer pasatiempos, ver películas, etc. Cualquier cosa para mantener a la mente lejos de entrar en el círculo vicioso del “miedo irracional”.
Lo cierto es que no hay una ciencia exacta que permita eliminar este mal a quienes lo sienten. Cada cual tiene sus truquitos y sus formas de llevarlo adelante de la mejor forma posible. En mi caso el “truco” es intentar ir dormida todo cuanto pueda, para no darme cuenta del transcurso del vuelo. Sí, yo formo parte de esas personas que sienten miedo a volar, de las que ven la duración de un vuelo como "el tiempo que tengo que pasar dentro de un avión" y no como lo que es en realidad… pero soy tan cabezota y disfruto tanto viajando que no me permito que un “miedo irracional” me impida llevar a cabo lo que tanto me gusta. Cuando tengo que coger un avión también pienso en las personas de mi entorno más cercano que cogen aviones cada dos por tres y, como un mantra, me digo "la gente va, viene y lo cuenta. Yo voy a ir, voy a volver y lo voy a contar".

Y a vosotros ¿qué “truco” os funciona? ¿Qué recomendaciones daríais a quienes tienen miedo a volar?

Información foto 1: tensión.
Información foto 2: rayo alcanza avión.
Información foto 3: ilustración.
Información foto 4: avión puesta de sol.

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Sandra Martín



1 comentario:

  1. Yo les recomiendo llevar un DVD portátil y ver CATÁSTROFES AÉREAS de discovery durante el vuelo

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